AVISO: Están renovados hasta el capítulo 9. El resto de capítulos están como antes. Iré avisando según renueve más capítulos.

sábado, 19 de marzo de 2011

Capítulo 7: Invitada y anfitriones

—Bueno, ¿qué te parece?
En apenas una hora, la habitación de Scarlett había cambiado completamente. Ahora la cama tenía un edredón de aspecto caro, una almohada de plumas y un cubrepiés con borlas. Al lado de la ventana estaba un pequeño banquito de madera con un cojín bordado con hilo granate, y habían puesto una lámpara de aceite encima de la mesilla. Incluso se había adornado el suelo con una alfombra circular. 
Al ver que Scarlett no hablaba, María prosiguió.
—No es gran cosa, pero será solo temporal. Si tienes que quedarte más tiempo la mejoraremos. La lámpara no es muy grande, pero la luz de las lunas entra directamente por esa ventana así que no tendrás problema para ver por la noche. 
—Es preciosa.
Scarlett se acercó a la cama y acarició el colchón. Era muy suave y blando. 
—Temo que si me duermo en esta cama no quiera despertar. 
—Uh…mejor despierta. —María sonrió satisfecha ante su reacción. Luego, dio una palmada— ¡Bueno! ¿Qué te parece si te das un baño antes de cenar? El agua abre el apetito, y además te relajará.
Scarlett enrojeció hasta las orejas y se llevó una manga a la nariz. No olía a rosas precisamente. 
—Creo…que aceptaré la oferta del baño, si no es molestia. Pero, ¿sería posible que me saltase la cena? Aún estoy llena de la comida. 
«Mentira. Podría comerme tres platos más.»
María arqueó una ceja, pero no comentó nada.
—Claro, como quieras. Sígueme, los baños están en el piso de abajo. Allí también está la armería y las mazmorras, como ya viste, pero tranquila, las tres salas están bastante separadas entre sí.
En realidad, Scarlett no quería cenar para no tener que reunirse con todos los Guardianes otra vez. Necesitaba un poco de tiempo a solas.
Yendo hacia el piso inferior pasaron frente al despacho del capitán. Dentro estaban hablando todos los Guardianes y al verla, Julian se apresuró a cerrar la puerta, no sin antes hacer una mueca de disgusto. Scarlett frunció el ceño.
—Julian es…especial. —explicó María. —Le cuesta acostumbrarse a los desconocidos.
—Creo que me odia por husmear en su biblioteca. 
María le quitó importancia sacudiendo la mano.
—Julian nos odia a todos. Menos a Mark… siempre me he preguntado cómo mi primo es capaz de aguantar a ese pelmazo. Por suerte para ti—dijo, girando la cabeza para mirarla—el resto somos encantadores. Incluso Chels. 

María se paró frente a una puerta verde y sacó un manojo de llaves. Metió una de las más pequeñas en la cerradura y ambas entraron en la sala. 
Era una habitación llena de vapor, bastante amplia, con un techo más bajo que el resto y paredes de piedra. Scarlett dio un respingo al notar el enorme cambio de temperatura. 
— ¡H-hace mucho calor! 
—Mala cosa si hiciera frío en los baños. Cuando te quites la ropa agradecerás el calor.
Scarlett se agarró los pliegues del vestido algo avergonzada. No acababa de gustarle la idea de desnudarse delante de la otra chica. María, por el contrario, parecía estar de lo más cómoda, y le indicó que se metiese en una bañera bronceada llena hasta la mitad. Abrió el grifo y comenzó a salir más agua. Scarlett quedó embobada.
— ¿Qué es eso?
María la miró sin entender.
— ¿Eh…? ¿Una bañera?
—No, no, me refiero a de donde sale el agua. —Scarlett se sintió algo ofendida. Sabía lo que era una bañera.
— ¡Oh! Un grifo. Está conectado a unas tuberías, que traen agua desde el pozo y que se calienta en una máquina de vapor en la caldera. 
Scarlett se acercó, curiosa, y tocó con la yema de los dedos el agua.  Estaba caliente. María la ayudó a quitarse el corpiño y fue a coger algo de una estantería del fondo de la estancia, dejándola entrar tranquilamente en la bañera. Scarlett entró primero despacio, no muy convencida ante la nueva sensación cálida del baño, pero al acostumbrarse se sentó y hundió la cabeza bajo el agua.
 Se preguntó qué diría Larissa si supiera que estaba tomando un baño de agua caliente.  
—Esto te va a encantar. —dijo María, sacudiendo un saquito con algo que parecía arena dentro. — ¿Scarlett?
Scarlett sacó la cabeza a la superficie y María soltó una carcajada.
— ¿Qué es eso?
—Sales de baño. Hacen que el agua cambie de color y tienen una mezcla de perfumes. Te van a gustar.
Scarlett dejó que la muchacha echara las sales en el agua y en seguida empezaron a extenderse. El líquido cambió su apariencia transparente por una violácea y un aroma a lilas inundó la bañera. El cuerpo de Scarlett reaccionó ante los minerales y fue relajándose.
—Este olor me recuerda al bosque de Larissa…—murmuró más para sí misma que para recibir respuesta.
María echó jabón en la tina y las burbujas llenaron la superficie del agua. Scarlett, sintiéndose por primera vez tranquila desde que había entrado en la Casa Gris, hacía explotar las que se escapaban por el aire.
—Hablas mucho de tu amiga la ninfa. Debéis llevaros muy bien. 
No había malicia en su tono, pero Scarlett seguía preocupada por poner en una situación peligrosa a Larissa. María debió percibirlo, porque se apresuró a calmarla.
—No te preocupes, no intentaba interrogarte. Es solo que…tengo curiosidad. Yo nunca he tenido amigas de mi edad.
Scarlett se sorprendió. 
— ¿Y eso a qué se debe? Eres muy simpática.
—Ah…gracias—la chiquilla intentó esconder sus mejillas enrojecidas con el pelo, pero sonreía—. La verdad es que los futuros Guardianes prácticamente nacemos con una espada en la mano. Sobre todo mi familia se toma la educación muy en serio y a mis padres no les gusta que esté en compañías que no consideren beneficiosas para mí. Eso desde pequeña ha asustado a las niñas, y ahora es más de lo mismo. Es difícil convencer a un grupo de chicas de que te mueres por ir con ellas a un torneo cuando tú podrías derrotar a todos los concursantes.
—Vaya. ¿Eres tan fuerte?
María sonrió con cierta soberbia.
—Soy bastante fuerte, sí. No más que Chels… ¡pero algún día la superaré! —de repente echó una mirada asustada hacia atrás—. Espero que no haya oído eso o me pateará el trasero.
—Supongo que no es fácil ser una Guardiana…
—Bueno, es difícil hacerse respetar, pero yo aún soy una novata en entrenamiento. A Chelsea le costó que la tuvieran en cuenta, pero ahora no hay nadie que se atreva a poner en duda sus habilidades. Aunque Dáranir es el capitán, ella es la mejor guerrera de la Casa. Probablemente de Ozirian…
Scarlett observó a María. Le brillaban los ojos de admiración. ¿Había mirado ella a alguien así alguna vez? Lo dudaba. Durante los años de su infancia y juventud se había relacionado mayoritariamente con la señora Pania y con Larissa. Conversaba también con Pill, el cíclope, pero no habían llegado a conocerse lo suficiente como para trabar amistad. Las otras ninfas del bosque desconfiaban de ella y Pania le había prohibido entablar relaciones con entes o humanos, puesto que era peligroso si descubrían que era una humana viviendo en Ozirian. Tampoco le gustaba que viese a Larissa, claro, pero poco podía hacer para evitarlo. Después de todo, había sido la ninfa quien la encontró tirada en el campo aquel día hacía once años. 
—Perdona, te he estado contando mi vida cuando me ibas a hablar de tu amiga.
Scarlett sonrió levemente bajo una cortina de espuma y empezó a hablar.
—Larissa es…muy especial. No es como el resto de las ninfas. Aunque ama y respeta la naturaleza, lo que supongo que le viene en la sangre, ella preferiría investigar otros lugares además del bosque—de pronto se le pasó algo por la cabeza y se echó atrás—. ¡No es que vaya a intentar traspasar el Muro! 
María la miró con cierta compasión, pero no añadió nada, así que Scarlett prosiguió algo más insegura que antes.
—Es muy curiosa e inteligente. Siempre le digo que si usase su cabeza para buenos propósitos podría cambiar el mundo. Pero ella solo se ríe y me llama idealista—los labios de Scarlett volvieron a curvarse en una sonrisa incontenible al recordar a su ninfa—. Es un poco manipuladora a veces… es casi imposible decirle que no. Aún así, para mí es perfecta: bella, divertida, valiente, considerada…
—Desde luego la tienes en gran estima.
—Sí…aunque a ella también le cuesta hacer amistades. Quizá porque odia a todas las mujeres…
— ¿Excepto a ti?
— ¿Soy la excepción que confirma la regla?
— ¿Afirmas o preguntas?
— ¿Ambas?
Las dos muchachas se quedaron mirando durante unos segundos en silencio, y luego, se echaron a reír.
Continuaron durante un rato charlando de cosas sin importancia: María le contó su afición por la repostería y compartió varias anécdotas graciosas que les habían sucedido a los Guardianes durante misiones. Scarlett habló de sus rutinas diarias en la granja y explicó ante una atenta y estupefacta noble cómo se recogía una cosecha correctamente o se esquilaba una oveja. Así siguieron hasta que el agua de la bañera se volvió tibia y Scarlett empezó a tener escalofríos. 
María le prestó un camisón invernal de su propia colección, a lo que Scarlett en un principio se negó, pero cedió finalmente ante la insistencia de la Guardiana. 
— ¿Te ha gustado el baño? —preguntó María mientras subían al piso superior, ella para dirigirse a la cocina y Scarlett hacia los dormitorios.
—Ha sido maravilloso. Si te soy sincera…lavarse en el río no es agradable, sobre todo en las estaciones de frío. El agua está helada. Pero puede que exagere, nunca he llevado muy bien el frío.
« ¿Cuándo hemos empezado a tratarnos de forma tan familiar?» pensó Scarlett, atónita ante la facilidad con la que había conversado con la pequeña Guardiana. 


Al llegar a su habitación se acercó a la ventana para contemplar el crepúsculo. Las dos lunas se veían cada vez más nítidas en el cielo. Según sus cálculos, la noche siguiente solo brillaría una luna. Era un fenómeno extraño: las lunas se iban turnando para aparecer. Los siete primeros días del mes y los siete últimos, ambas aparecían juntas. El resto de los días salía una u otra aleatoriamente, o eso había creído siempre ella.
Por su mente se cruzó la imagen de aquel libro de la biblioteca que hablaba de dos lunas hermanas. Le habría encantado saber más sobre ellas, pero pronto se quitó esa idea de la cabeza. Ni ella tenía el nivel suficiente para ese libro, ni el Guardián huraño se lo permitiría. 
Dejó abiertas las cortinas y se metió en la cama. Quería ver algo conocido, y no había nada más conocido para ella que aquellos astros que observaba cada noche. 
Le sorprendió gratamente la suavidad de las sábanas y el agradable calor que proporcionaba el edredón. Era todo nuevo para ella, un mundo de comodidades inexplorado: su cama en la granja era tres veces más pequeña, se basaba en relleno de paja y un par de mantas. 
Arropada y cómoda, no tardó mucho en quedarse dormida.




***



Mientras tanto, en el comedor se producía una discusión entre los Guardianes. Los siete platos ya estaban servidos, cada uno con una ración generosa de ensalada fresca y carne de cierva. Como era costumbre entre ellos, no bebían alcohol, pues nublaba los sentidos y para un Guardián es conveniente estar siempre alerta. Así pues, en medio de la mesa Ren había puesto una jarra de agua y otra con leche. El capitán y Chelsea tenían una buena tolerancia al alcohol y podrían beberlo si quisieran, pero preferían acompañar al resto del equipo. Era algo que Dáranir siempre había querido establecer: igualdad en todo lo posible. Parecían tonterías, mas detalles así aumentaban la confianza y los lazos entre sus subordinados.
—Solo digo que si vas a usar a María de espía, podrías decírselo. Lo habría hecho de todas formas.
Era Mark el que hablaba. Ren permanecía sentada en silencio, aunque compartía la opinión de su sobrino, y Chelsea también se mantenía callada por el momento, de brazos cruzados en su sitio. Julian estaba ausente, y Dáranir, en la cabecera, su lugar habitual, contestó al Guardián.
—No la uso de espía. Le sugerí que aprovechase esta oportunidad para conocer mejor a una joven de su edad.
—Y yo aprecio tu preocupación por ella, pero…
—Me preocupo por todos vosotros—remarcó el capitán—. Si te preguntas por mis segundas intenciones, sí, las tengo. María algún día será la cabeza de familia de los Geneviev y qué mejor amistad que la de la única superviviente de una Casa Fundadora. En el futuro le convendrá haberse ganado la confianza de la que ahora es una simple campesina.
Mark se rindió. No tenía nada que responder a eso, el capitán estaba en lo cierto. Cuantos más aliados y más poderosos, mejor. 
—No pretendo usar a nadie mientras no me usen a mí. Si María ve necesario contarme algo, lo hará. No dudo de la lealtad ni la honradez de nadie de esta Casa, y por lo tanto, es innecesario para mí engañaros. 
Chelsea intervino por primera vez en la conversación, aunque no se movió ni un centímetro.
—Y nadie duda de tu lealtad ni de tu honradez tampoco, Dáranir. Mark se preocupa demasiado por su prima pequeña y a veces el amor fraternal lo ciega.
—Eso es cierto—dijo Ren, viendo que el ambiente se había suavizado un poco.
El capitán sonrió y le dio una palmada en la espalda a Mark. Este asintió y cuando María entró en la sala, se dio por sentado que la discusión había acabado.
Les explicó que Scarlett no bajaría a cenar y, aunque el capitán no preguntó, comenzó a contarles cosas sobre ella y sus charlas. Lo hizo de forma levemente cariñosa, como si en tan solo unas horas le hubiera cogido algún tipo de aprecio. En medio de la cena, las puertas del comedor se abrieron y entró Julian, con las gafas de leer aún puestas y bostezando.
—Disculpad, me quedé dormido estudiando.
Ren lo reprendió, pero ya estaba acostumbrada a ese mal hábito suyo y había dejado su comida en el fuego para que no enfriase. 
— ¿Magia, he de suponer? —preguntó el capitán.
Julian asintió a la vez que cortaba un trozo de carne.
—No es bueno para nuestra reputación que sigas intentando aprender trucos de brujas, Julian—dijo Chelsea.
—Tampoco es malo, en mi opinión—apuntó Dáranir con una sonrisa tras la copa de agua.
Chelsea no le llevó la contraria y siguió comiendo. 
—Casi he conseguido realizar una transfiguración completa. 
Una transfiguración consistía en la transformación de un humano, el que realiza el encantamiento, en un animal u objeto. Era un encantamiento complicado, sobre todo para alguien que no tenía el don natural, como Julian. Todos los humanos nacen con un mínimo de magia en su sangre, por lo que todos podrían ser hechiceros, pero solo unos cuantos nacen con el don, es decir, la habilidad y facilidad para controlar y reproducir la magia. Y desde hacía unos años, cada vez se tenía en menor estima a los hechiceros, pues se les empezaba a considerar más entes que humanos. Por esto, la mayoría vivía en territorio ente, menos los de alta alcurnia o los más célebres, que eran hospedados por nobles o reyes. 
—Impresionante, Julian. Muy impresionante. Y todo con trabajo duro y esfuerzo. Más que desprestigiarnos yo creo que aumentas nuestra reputación. 
Julian se removió en su asiento algo incómodo. 
—La Corte no lo verá así—murmuró Chelsea.
—La Corte tirará flores a cualquier logro de un Elementar. ¿Y bien? ¿En qué intentas transfigurarte?
Mark sonrió.
—Creo que yo lo sé. Un halcón, ¿me equivoco?
María soltó una risita.
—Un pájaro es apropiado, pero creo que te pega más un gorrión.
—Si intentas que mi próximo objetivo sea convertirte en un renacuajo parlante, lo estás consiguiendo—contestó Julian, clavando la mirada en María. —Y sí, es un halcón. Aunque el cuerpo que he conseguido hasta ahora es demasiado pequeño, y soy incapaz de volar. Seguiré trabajando en ello. Por cierto, ¿dónde está nuestra…invitada?
—Durmiendo, supongo. No ha querido cenar. Seguro que la has asustado.
Julian arqueó una ceja.
— ¿Yo?
— ¿Quién si no? 
—Quizá hayas sido tú con tu insoportable entusiasmo.
— ¡Mi entusiasmo no es insoportable!
—Cierto, quería decir insufrible.
— ¡Tu cara sí que es…!
— ¡María! 
Tras ser amonestada por su tía, la muchacha dejó de reñir con Julian, aunque ambos continuaron lanzándose miradas asesinas durante toda la comida. 
El capitán informó de que a la mañana siguiente tomaría el testimonio de Scarlett y hablarían con el prisionero, por lo que todos debían estar presentes. Las misiones y pedidos quedarían aplazados para la tarde, y si precisaban de más tiempo, para el día siguiente.
Tras aclararlo todo, sacó cinco sobres con el sello de la Guardia y se los entregó a Mark.
—Me gustaría que mañana, cuando hayamos acabado con este asunto, fueras a la ciudad y entregases estas cartas en la oficina de mensajeros. Son para viejos amigos de la familia Chevalier, ten especial cuidado con ellas—Mark se guardó las cartas bajo la almilla y Dáranir se dirigió a Chelsea. —Quiero que tú visites a otro conocido de la familia… en el bosque de Nihm. 
Los Guardianes se sorprendieron ante esa orden.
—El bosque de Nihm es territorio de centauros y necesitaré varios días a caballo para llegar hasta la frontera con Arkiria.
—Lo sé. Por eso quiero que vayas tú.
—Entendido. ¿A quién debo encontrar?
Dáranir sacó otra carta y se la dio. 
—Esta misiva es aún más importante que las anteriores. Confío en que la custodies atentamente.
—La protegeré con mi vida si es necesario—respondió Chelsea con un rostro que no dejaba lugar a dudas.
Dáranir alzó ambas cejas, complacido a la vez que acostumbrado a la solemnidad de la mujer.
—Eso no será necesario, solo pido que seas cuidadosa. Entrégasela al Viejo Sabio del clan de Nihm, su nombre es Rottehm, aunque no lo llames así, lo considerarían irrespetuoso. Por su título, mejor. Niégate a dársela a nadie más, tiene que ser él en persona. Menciona mi nombre y explícale que tenemos bajo nuestra custodia a la nieta de Selendre Chevalier. Lo he escrito en la carta, mas no quiero correr riesgos. 
Chelsea recibió el sobre y se levantó de la mesa.
—Con tu permiso, quiero disponer todo para el viaje. 
Dáranir dio su aprobación y la Guardiana salió del comedor a pasos amplios y rápidos. 
—Ahora que lo pienso, aún no he visto al prisionero—comentó Julian terminando su cena.
Los tres se pusieron tensos ante el comentario. Se miraron entre sí: todos sabían que no pasaría nada bueno si Julian se enteraba de que tenían a un híbrido bajo su techo. 
Fue Dáranir quien tomó la palabra.
—Mañana podrás conocerlo—dijo, intentando sonar indiferente.
Julian se encogió de hombros.
—Tampoco tengo tanto interés, seguro que solo es un criminal callejero del montón. Hemos visto a muchos de esos últimamente.
El capitán ocultó su preocupación tras una pequeña sonrisa y se guardó para sí mismo su presentimiento de que el híbrido apresado era más de lo que parecía.



***



En su habitación, Scarlett dormía profundamente. 
Estaba teniendo un sueño. 
En su sueño, estaba sola en una oscuridad infinita y con la única compañía del eco de una voz lejana. La voz no le era conocida, y apenas podía distinguir lo que decía. Quizá ni siquiera estaba hablando. Solo oía una especie de susurro siseante. 
En medio de aquella penumbra, un diminuto rayo de luz mostró una figura encapuchada. Tras unos instantes que parecieron durar horas, se dio cuenta de que de allí provenía la voz indescifrable. Por una parte, quería acercarse para saber qué estaba susurrando, pero por otra, algo en su interior le advertía que no diese ni un paso más. 
La curiosidad venció a la cautela y empezó a caminar lentamente hacia la figura. No veía donde pisaba, todo lo que la rodeaba eran tinieblas.
Entonces, cuando pensaba que ya podría encontrar algún sentido a los siniestros siseos, la figura se giró y la miró. Fue tan rápido que a Scarlett no le dio tiempo ni a distinguir el rostro de la persona o criatura, lo único que pudo ver fueron unos hipnóticos e inquietantes ojos azules.
Inmediatamente después de eso, despertó de golpe, sudando y con el camisón pegado al cuerpo.
No entendía por qué, pero estaba temblando de pies a cabeza. No había sido una pesadilla, no había monstruos, ni tragedias, no había ocurrido nada. Nada. Y aún así estaba asustada y nerviosa. 
Un pájaro chocó contra su ventana y la sobresaltó. Durante la noche, con todos los habitantes de la casa durmiendo, escuchaba los ruidos exteriores con mucha más claridad. 
Al menos no estaba a oscuras en el cuarto. Agradeció haber dejado las cortinas abiertas. No sabía qué hora sería, pero por el silencio sepulcral que había, supuso que tarde. 
No quería volver a dormir tan pronto tras aquel sueño, por temor a reanudarlo, así que se sentó en la cama y vio un plato de comida sobre su mesilla y una copa de leche. 
Su estómago gruñó de inmediato ante semejante visión, así que se dispuso a comerlo. Con cada bocado se sentía un poco más culpable: se había negado a compartir mesa con los Guardianes, y aún así le traían la comida a la cama. No era una hospitalidad que hubiera conocido antes y no estaba segura de que le gustase recibir tantas atenciones, pero se sentía agradecida por ellas.
Se preguntó quién le habría llevado el plato. 

11 comentarios:

  1. Bueno, primero GUAU! (no tngo palabras)
    Segundo, sorry por comentar un poco tarde :(
    Y tercero, me ha encantado como has explicado todo lo referente al submundo y ah, la leyenda, impresionante!:)

    También he de decir, que lo de la nota de la autora me hizo un pelín de gracia jaja:P

    Bueno, con que Kira es un híbrido mmhumm, ¿Híbrido de vampiro-humano?
    ¿O de qué? En fin, quiero comentarte una cosa, ¿Quíeres que te ofrezca publicidad en mi blog?
    Ya se que no tengo muchos seguidores, pero podría no se, mostrarles el argumento de tu historia y si quieres les pongo tu email y que les permitas la entrada a tu blog :)

    Bueno, ahí te dejo la oferta.

    Publica pronto!
    Besoos!

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  2. Nuunca llego para comentar la prima o casi nunca!!
    Pero bueno al menos soy la segunda jejejeje
    La leyenda fue GENIAL, no tengo palabras.
    ¿KIRA ES UN HÍBRIDO? Uuuuy y como se puso rebelde con Dáranir jajaja me encanta Kira (L)
    ¿Es medio vampiro? :O ¿O otra cosa? ¡que ganas de que publiques el siguiente capítulo!

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  3. Quise decir la primera jajajajajaja

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  4. Gaby, sinceramente he de decirte que la historia está genial. Sí, es mejor que la mía. Sin discusiones.
    Me "encanta" el misterio que tiene, y qué decir de los personajes. La que más me gusta es María, porque sí, porque mola :D.
    Espero que siga tan bien la historia, y que por favor Kira no sea un vampiro u.u sería muy soso.
    Nada más,
    Un cordial saludo interdimensional explota-cabezas destroza-manos, pero cordial de todos modos. :D

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  5. Vaya, ya veo que el tema de Kira ha revolucionado a mis queridos lectores ¡muahahahaha!
    No voy a decir nada sobre que es, es totalmente secreto hasta que se mencione en el libro ;)
    Sí Daniel, María es genial para mí también.
    Un beso a todos/as.

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  6. Gaby!
    Nuevo capítulo + la publicidad ^^
    Por cierto, que me llames como tú quieras!
    Aunque suelo preferir patricia jaja xD
    En fin, me da igual de verdad^^
    Y a tí te digo Gaby? :)
    Un besazo!<3

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  7. Qué genial este capítulo! La leyenda sobre las dos lunas ha estado super interesante y original. Luego Kira, aunque quiera negarlo, siente que debe proteger a Scarlett (L)(L) La verdad es que María cada vez me cae mejor, es tan buena persona :) Y luego, el final... pobre Kira, seguro que se siente rechazado por todo el mundo al ser un híbrido. Que espero que nos digas que significa: híbrido de qué? XD Muchas preguntas... jajaja Besos

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  8. ¡Me encanta tu historia! :)
    ya me he leído los 7 capis y la cosa está super tensa, ya conozco bien a los personajes y me gustan! sobretodo Scarlett y Kira :D y ME ENCANTA que la prota sea PELIRROJA, y que Kira la llame siempre pelirroja le ha hecho sumar 1000 puntos ^^ aunque es una lástima que su familia muriese, espero que encuentre fotos de ellos para ver si había pelirrojos ;)
    ahh pero espero que vuelva Larissa se la hecha de menos T.T y la puta del instituto también era muy graciosa XDDD
    un saludicoo cuando pueda seguiré leyendo los capis que me quedan!

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  9. Que larguito, ya tenía ganas de saber un poco más de Kira, ya uno se lo imaginaba claro. En cuanto a la redacción ¿será habitual ver las letras de distinto tipo? Siguiendo con la redacción creo que se puede mejorar tu estilo algo que como ya sabes conlleva su tiempo escribir y leer mucho no desesperes.

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  10. Recuerdo que la primera vez que leí este capítulo me encantaba, si no mal recuerdo era cuando Scarlett escuchaba a los guardianes detrás de la puerta y justo le abrían la puerta y se caía y luego aparecía Kira, o antes jajaja. O era uno después o uno antes.
    ¡Primero que todo! Me encanta la música<3 En especial la de Ozirian y la de María, ¿puede ser que la haya escuchado en alguna película, o me monto historias...? Y pusiste Moonlight de Yiruma *¬*
    Vamos al capítulo:
    Yo no sé, pero no dejaría que cualquier persona me vea bañarme ê.e Antes le haría una seña de: shu,shu, fuera, LARGO.
    ¿Huraño? ¿JULY? ¿MI July? JAJAJAJAJAJAJAJAJA No. Los personajes con ése carácter siempre son dulces en el fondo♥
    MAAAAAAAAAAAARK. SOS MI AMOR, TE SIGUE JULIAN. María es tan simpática, se lleva todo mi aprecio, además me gustan los personajes fuertes pero que tienen todo su encanto. ¡También Chelsea! Se me hace que va a haber algunas dificultades en su camino o algún problema con al entrega de la carta, pero ya veremos. (:
    ¡Excelente el capítulo, espero la siguiente renovación!

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    1. Jajajajajajajjaa siiiii, sucedía eso exactamente, estaban los dos escuchando a hurtadillas en la puerta, de repente la abrían y caían los dos x) Es probable que esa escena la incluya más adelante.
      ¡Bien! La verdad es que prácticamente SIEMPRE escribo con música y hay algunas canciones que me pegan demasiado para ciertos momentos. La de María es una de mis favoritas también. ¡Adoro a Yiruma! *-*
      Normal, aunque en el Submundo son menos escrupulosos con algunas cosas y los baños públicos separados por género son normales. Yo tampoco querría bañarme con público JAJAJAJJA
      Huraño es *3* Un huraño adorable, pero huraño. Yo también adoro a los gruñones con corazón de oro.
      Siempre eres muy buena prediciendo lo que pasará :D Sí, habrá alguna que otra dificultad para Chels.
      ¡Gracias por pasarte Pau y gracias por comentar!
      Un besazo.

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