AVISO: Están renovados hasta el capítulo 9. El resto de capítulos están como antes. Iré avisando según renueve más capítulos.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Capítulo 21: ¡Feliz cumpleaños, Scarlett!

El día siete de febrero amaneció con un cielo de tonos anaranjados y rosas.
En la cocina había mucho revuelo, a pesar de que intentaban mantenerse en silencio y hablaban entre cuchicheos y murmullos. El olor en esa estancia era dulce, una mezcla de chocolate, fresas, pan, harina, galletas, manzana...todo mezclado y en perfecta armonía.
Ren y María andaban de un lado a otro, apartando a empujones a los que osaban meterse por medio y nunca iban sin algo comestible y delicioso en las manos. Sonó un chisporreo y Dáranir dio un brinco, sobresaltado. Era el fuego.

-¡Ssssh!
-Perdón.-susurró él con una sonrisa incontenible.

Chelsea y Mark se mantenían alejados, ya que sus pésimas habilidades en la cocina eran muy conocidas, pero también emitían un aura amable y cándida, emocionada. Todos estaban emocionados.
Julian se dedicaba a fregar todo lo que las chicas ensuciaban entre gruñidos y quejas por lo bajo.
María corrió casi derrapando hacia el horno y con unas manoplas rojas abrió la puerta y sacó un pequeño bizcocho de chocolate. Olía de maravilla. Dáranir quiso coger un trocito y Chelsea le dio un manotazo frunciendo el ceño.

-No es para ti.-le recriminó, con una sonrisa.
-¿Y qué es para mí?-susurró él devolviéndosela.
-Calla.

Mark puso los ojos en blanco, cambió puestos con Julian y le dijo algo al oído. El Elementar asintió y con la rapidez de un rayo le pasó el trapo de secar y salió corriendo de la cocina escaleras arriba.

-¿Va a despertarla?-preguntó Ren.
-Sí...por cierto, ¿no falta alguien?
-¡Kira!-chilló María.
-¡Ssssh!
-¿¡Cómo que sssshh!? ¡Falta Kira!-terqueó ella y salió corriendo también, dejándole el trabajo a su tía.


                                                                        ***


Subió los primeros escalones a toda prisa, pero al llegar a los últimos se frenó; no quería despertarla antes de tiempo. Abrió la puerta manejando perfectamente el aire para que no hubiera ningún chirrido y la vio. Estaba metida en su cama, arropada por encima de la nariz, como hacía siempre y encogida en una posición extraña que le daba aspecto de oruga. Se le escapó una risita interior. Acercándose a ella se dispuso a sacudirle el brazo para que abriera los ojos, pero se quedó unos segundos observándola. Así dormida parecía tan imperturbable, inocente y dulce...
Un mechón de cabello pelirrojo le caía por encima de los ojos. Julian sonrió levemente apartándoselo y poniéndolo en su sitio. Se agachó a su lado de rodillas en el suelo, sus caras estaban a la misma altura. Fue aproximando su rostro al de ella...con lentitud, nervioso como nunca antes lo había estado. Y justo cuando sus labios se iban a rozar viró la cabeza a un lado, mordiéndose la lengua. Giró su dedo índice creando una brisa de viento ligera y se la echó en la cara. Scarlett sonrió aún medio dormida al notarla y el Elementar comenzó a arrepentirse de no haber hecho lo que deseó hacer. La chica abrió un ojo y lo miró sin dejar de sonreír, aunque sorprendida.

-¿Qué pasa?-preguntó, bostezando.

Julian volvió a agacharse.

-Feliz cumpleaños.-contestó, con voz tranquila.

Scarlett abrió los ojos de golpe y se enderezó con tanta rapidez que se dio un golpe contra el cabecero. El chico puso los ojos en blanco y la sacó de la cama a tirones. Ella refunfuñó dormida aún, pero no se resistió mucho cuando Julian la sacó de la habitación.

-¡Estoy en pijama!-rió ella. No soportaba dormir con los camisones tan finos de María, así que siempre dormía con un pijama de lana muy confortable, que Kira odiaba. Julian tampoco le ponía pegas al camisón.-¡Oye tú!
-Cállate y sigue andando.-gruñó él.

Bajaron las escaleras y fueron por el pasillo de alfombras rojas hasta pararse delante de la puerta de la cocina. Scarlett lo miró alzando una ceja y con una sonrisilla curiosa. Iba a decir algo, pero Julian le puso la mano en la boca.

-He dicho que silencio, desobediente.
-Bffmmmmrrmmm.-fue lo único que pudo articular Scarlett.
-Calladita.

Julian le tapó los ojos con las manos poniéndose detrás de ella y abrió la puerta. Scarlett esperó pacientemente y muy curiosa.

-¿Preparada?-preguntó Julian.
-¡Sí!-dijo Scarlett más emocionada de lo que pretendía.
-Abre los ojos.

Julian le quitó la mano y ella, obedeció.

-¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

María y Ren tenían las dos entre las manos una tarta de nata y fresa preciosa, con fresas enteras y con unas letras que decían: “Te queremos, novata.” en medio de diecisiete velas blancas.
Chelsea y Dáranir tiraban confeti por encima de ella y Julian como si fuera lo único que hacer antes de morir y con una sonrisa de oreja a oreja.
Mark había cogido por detrás a Scarlett para abrazarla y la levantó en el aire como una pluma. Ella rió entusiasmada asfixiándose. No sabía qué decir, ni qué hacer. Estaba maravillada y paralizada por la sorpresa.

-¿Cómo...cómo sabíais que...era...era mi cumpleaños?-susurró, riendo y llorando a la vez.
-¿No te ha gustado?-preguntó María, limpiándole una lágrima.

Scarlett dio un paso atrás y luego, saltó sobre María plantándole varios besos en las mejillas.

-No. No me ha gustado ni un poco.-le dijo mientras ella la abrazaba-¡Me ha encantado!

<<Así que esto es tener amigos.>> pensó con una sonrisa.

María gritó que quería un abrazo colectivo y nadie pudo oponerse. Todos se fundieron en un enorme abrazo con Scarlett en medio, apretujada y feliz. Julian se negó a participar en tal tontería, sin embargo, cuando Scarlett se escapó del enorme abrazo y salió corriendo hacia él  plantándole un beso en la mejilla sin dejar ni un momento de sonreír, su humor se transformó.

-Vaya, tu cara ha cambiado de color.-le susurró Mark a su amigo por lo bajo.-Quizá estés enfermo.
-Cierra la boca.-murmuró él entre dientes con las mejillas encendidas.
-¡Já!-rió Mark.

La muchacha pelirroja miró por toda la estancia en busca de alguien a quien quería ver, pero no encontró lo que buscaba. María le dirigió una mirada de complicidad y diversión. Scarlett bajó la cabeza.

-No está aquí...no sé donde anda. Ya sabes, ese tipo es imprevisible.-bufó Julian molesto.
-Eh...¿¡eh!? Tranquilo, no es que quiera verle. Con vosotros me llega y me basta.

El Elementar de Viento sonrió satisfecho con esa respuesta y disimuladamente rozó la mano de la chica cuando pasó a buscar un trapo. Scarlett no le dio importancia.
Mientras Ren cortaba la tarta y con la ayuda de su sobrino repartía platos, María se acercó a Julian con sigilo y una sonrisita suficiente bastante impropia de ella. Se puso de puntillas para hablarle al oído.

-Julian DuFrain coladito hasta los huesos. Insteresante, jé.-susurró.
-¿De qué hablas, idiota?-suspiró Julian, apartándola.
-Tú sabrás.
-¿Piensas que esa chica...?-el muchacho alzó ambas cejas y negó.-Puedes estar tranquila, renacuajo. Ni me interesa lo más mínimo. No es mi tipo.

María soltó una risita.

-Cuando seas capaz de dejar de mirarla por más de cinco segundos, hablamos.
-Deja de meter a los demás en tu pequeño mundo.-dijo Julian apretando los dientes.
-Como quieras.-contestó la chiquilla rubia marchándose.


Cuando acabaron de celebrarlo, soplar las velas y comer, Scarlett corrió escaleras arriba a su habitación. Se puso unos vaqueros algo desgastados y una camisa naranja a cuadros, también unas botas y rebuscó en su armario por algo que ponerse por encima.
Quería encontrar su abrigo favorito, uno que le prestó Chelsea, de color beige. Al fin lo encontró y se dio la vuelta. Iba a soltar un grito del susto, pero un dedo se posó suavemente sobre sus labios. Scarlett frunció el ceño y apartó los dedos de un manotazo.

-Vete.

El sujeto posó la mano en la pared, sin permitirle moverse a penas. Arqueó una ceja mirándola de arriba a abajo. Scarlett tenía la camisa mal abotonada y se le veía un poco la ropa interior.

-¿Me estás provocando, pelirroja?-siseó con una voz que tanto podía parecer seductora como cruel.

La chica se colocó bien la ropa a gran velocidad y muerta de vergüenza y de enfado.

-¡Lárgate!
-¿Vendrías conmigo?
-No.

Él suspiró encogiéndose de hombros y sacó un pañuelo blanco del bolsillo de su pantalón negro. Acarició con un dedo la nariz de Scarlett, a la que se le puso toda la piel de gallina.

-Entonces, por favor, comprueba por mí si este pañuelo huele a cloroformo.
-¿Qué...?

Segundos después tenía el pañuelo sobre la cara, taponándole la nariz y la boca. Abrió la boca aterrada a punto de gritar algo, pero en un instante estaba dormida.



                                                                       ***



El sonido como si fuera el chocar de las olas contra las rocas la despertó un poco de su extraño sueño. Había tenido otra pesadilla, seguro. La cabeza le daba vueltas, se sentía mareada. Palpó a su alrededor con las manos, esperando encontrarse con las sábanas y mantas de su cama. Sí, encontró mantas, pero al parecer se había caído al suelo, porque estaba sobre una superficie dura y seca, como la madera. Sorprendida, decidió echar un vistazo a un lado. Esperaba encontrarse con cualquier cosa, menos con agua. Miró al otro lado. Más agua. Empezaba a asustarse. No recordaba nada. Hizo memoria. Había despertado una mañana y bajó a la cocina...y estaban María y Ren con una tarta...¿y luego qué? Miró hacia delante. Una figura esbelta con cabellos negros que se mecían como locos al viento remaba hacia la orilla de una playa. Solo medio consciente decidió observar mejor su alrededor. Estaba en una especie de barca, alargada y blanca, envuelta en mantas y con el viento soplándole en la cara. Hacía sol, pero no calor. Por un extraño instinto metió los dedos en el agua pensando en encontrarla congelada, mas estaba caliente. Metió ambas manos y se salpicó a sí misma la cara, para despertar del todo. Volvió a mirar a la figura, que se giró hacia ella con una sonrisa llena de burla y con poca, demasiado poca para su gusto, culpabilidad.

-Me has secuestrado.-dijo ella con calma.
-Secuestrar es una palabra un tanto fea.-respondió riendo él.
-Me drogaste.-susurró Scarlett sintiendo aún escalofríos.-Estás loco.
-Otra vez utilizando palabras feas.-bufó el muchacho.-Solamente te dormí durante unas horas. No te hice nada más, estás perfectamente.

Al ver que la chica seguía temblando, puso los remos dentro de la barca y se sentó junto a ella.

-¿Tienes miedo?-preguntó él, suspirando con resignación.

Sin ningún motivo, Scarlett soltó una carcajada que sorprendió tanto a Kira como a ella.

-Has utilizado cloroformo para dormirme, luego me has secuestrado y me has llevado lejos de casa, metiéndome en una barca en mitad del mar. ¿Debería estar tranquila?
-Bueno...dijiste que confías en mí.
-Ajá. Pero tú en mí no, ¿recuerdas?

Kira se alejó un poco de ella y volvió a coger los remos. Casi estaban en la orilla.

-Todo lo que va a pasar a partir de ahora, es mi forma de disculparme por eso, pelirroja.

Scarlett se cruzó de brazos, quitándose las mantas.

-No te servirá de nada.-le aseguró.

Él le dirigió una sonrisa con sorna.

-Pues habré perdido el tiempo haciendo algo bueno por una vez en mi vida.
-Tú nunca haces nada bueno.
-Ya hemos llegado a la primera parada del día.-le dijo, ignorando su comentario anterior.-Será divertido.
-Divertidísimo.-ironizó ella.

Cuando el bote chocó con la arena dorada, Kira ayudó a Scarlett para que se bajara, a pesar de la constante negación de esta. Por una parte estaba sorprendida. Al quitarse los zapatos para sentir la arena se dio cuenta de que era finísima y con miles de tonos dorados y blancos diferentes. No había ningún alga, y el agua era cristalina. Las conchas, caracolas y cangrejos adornaban la playa con sus colores y formas y un pequeño lagarto le hizo cosquillas en la planta del pie. Scarlett sonrió al sentirlo.

La playa estaba rodeada de verde. Donde se acababa la arena había un campo de hierba corta de una extensión considerable, y al lado derecho, una enorme colina de la misma hierba acabada en un altísimo acantilado. Al fondo, más allá del campo, se podían ver bosques de abetos y otros árboles que la muchacha no logró distinguir.

Kira aseguró la barca y fue hacia ella, con una expresión de suficiencia.

-¿Bonito, eh?
-Precioso.-admitió ella.

El híbrido cogió su mano y señaló el acantilado.

-Nosotros vamos allí.
-Está muy alto. Y yo no voy a ningún sitio contigo.-bufó la Guardiana.
-Siempre te puedo dormir...

Scarlett abrió los ojos y lo miró expectante. Por el tono del chico parecía que hablaba en serio, pero a la vez se lo pasaba en grande.

-Hablas en serio.
-¿Dudas que sea capaz?-sonrió Kira.
-Eres odioso.-suspiró, entrecerrando los ojos.
-¿Vendrás?-dijo él, volviendo a ignorarla.

Ella echó a andar con rapidez, sin mirar atrás y con una espalda que mostraba todo su orgullo. Se giró bruscamente con el ceño fruncido.

-¿Acaso tengo otra opción?
-El cloroformo.-se carcajeó Kira, corriendo tras ella.

El camino no fue muy largo. La colina estaba bastante cerca, así que aparte de la cuesta arriba, fue un trayecto corto y fácil. El terreno era liso, por lo que Scarlett lo hizo descalza, para que el suave musgo la acariciara. Cuando llegaron, no quiso acercarse al borde. Las alturas seguían dándole pánico.
Kira la arrastró del brazo, obligándola a avanzar. Justo en el borde, el chico se sentó con tranquilidad e indicó a la pelirroja que hiciera lo mismo.

-Mejor no...

Él le tendió su mano.

-Tranquila.

Con una sola palabra, su cuerpo y mente obedecieron y se tranquilizaron. Tomó su mano un tanto insegura y se sentó a su lado, sin soltarla. No debía mirar hacia abajo.

-Mira el mar.-susurró él. Su voz parecía acompañar el vaivén de las olas.-Tranquila.

Reuniendo todo el valor que se permitió, echó un pequeño vistazo.
Las aguas estaban muy agitadas en una zona en concreto; como un remolino. Gracias a que aquel mar era tan cristalino, podías ver como continuaba el pequeño huracán acuático hacia dentro. Como un túnel...como...Scarlett giró como un rayo su vista hacia Kira.

-El Túnel de Norah.-consiguió decir, muda de la sorpresa.
-La séptima maravilla.-acabó el híbrido la frase.

Scarlett no se lo creía. Nunca pensó que pudiera ver una de las maravillas del Submundo con sus propios ojos. Volvió a mirarlo, llena de curiosidad y olvidando que estaba enfadada.

-Entonces estamos en Narendil...hemos salido de Ozirian.-aseguró, más que preguntó.-Y esa es...¿¡La playa de las Formas!?

Su asombro fue como un poco de aire refrescante para los nervios de Kira.

-Exactamente, pelirroja. Pero allí iremos luego...nadando.-le pasó un brazo por los hombros y puso su voz más melosa.- Primero tenemos que visitar el Túnel de Norah. Por dentro, por supuesto.

La muchacha no se lo quitó, ni si quiera estaba atenta ya a esas cosas que antes la habrían avergonzado hasta convertirla en un tomate. Estaba absorta en su alrededor. Luego, su expresión cambió por una menos alegre.

-Para entrar al túnel...
-Hay que tirarse desde aquí, sí.-Kira ladeó la cabeza, se levantó y en un simple ademán se sacó la camiseta quedando con el torso desnudo.-¿No hay problema, verdad, pelirroja?

Scarlett volvió a ser Scarlett y agachó la cabeza para evitar mirarlo. Aunque una mirada no pudo evitarla. Kira tenía un cuerpo atlético, con los músculos ligeramente marcados.
La levantó con facilidad y con una mano, la pegó contra él, arqueando una ceja con una sádica diversión implantada en su sonrisa. La chica estaba palarizada de la sorpresa. Con lentitud, él desabrochó los dos primeros botones de su camisa, y cuando iba a por el tercero, Scarlett despertó y lo apartó de un empujón, respirando agitadamente y sofocada.

-Se te mojará la ropa.-ronroneó Kira, otra vez con esa voz melosa.

Scarlett lo taladró con la mirada y se volvió a abotonar. No se sentía capaz de mirarlo a la cara...y mucho menos al cuerpo. Su corazón iba a toda velocidad y en su mente había pensamientos que nunca antes había tenido. Agitó la cabeza, intentando tranquilizarse.

-No pienso...tirarme...está...muy...alto...-dijo, mientras cogía oxígeno con cada palabra.
-No te pasará nada.-le aseguró él. Pero con esa sonrisa que rayaba en la perversión, Scarlett no estaba tan segura.-Nos tiraremos juntos.

Kira estaba dispuesto a empezar a quitarse los pantalones, pero Scarlett lo frenó corriendo, agarrándolo de las manos.

-¡Quieto!

El híbrido soltó una carcajada.

-Pelirroja, amo tu inocencia.-murmuró. Y en una milésima de segundo, la tenía cogida en brazos y estaba de nuevo al borde del abismo.
-Kira...no...¡Kira, no!

Kira dio marcha atrás y trotando, se lanzó al aire con todas sus energías. Scarlett gritó, y gritó y gritó. Veía como estaba cayendo a una velocidad sorprendente y como el túnel los iba a tragar. Abrió los ojos de par en par preparada para sentir dolor, ahogarse o cualquier cosa que supusiera su muerte inmediata. Pero solo sintió el ligero frescor del agua durante unos segundos y luego, como el cuerpo de Kira, que la sujetaba, resbalaba por una superficie lisa. Estaba dentro del Túnel de Norah. ¡Estaban dentro! Al ver que su alrededor era todo agua, peces y el fondo marino dio otro pequeño grito y se agarró al cuello de Kira cerrando los ojos. Mantuvo la respiración. Bajaban a toda prisa por el remolino, y no se veía el final.

-Cálmate.-rió él agarrándola más fuerte por la cintura y por debajo de las rodillas.-Puedes respirar.

El chico hacía lo que podía para que no se cayeran hacia un lado, y el vacío en el túnel los empujaba hacia delante, con una sorprendente delicadeza. Cogió una bocanada de aire y observó algo más calmada a su derecha e izquierda. Se sobresaltó al encontrarse cara a cara con una manta, que siguió su camino después de mirarla. Un poco más abajo y a lo lejos, vio un tiburón que se acercaba y avisó a Kira, pero este le dijo que no les haría nada, no podía entrar en el túnel. Sonrió al ver unos cuantos caballitos de mar observarlos con sus ojillos negros curiosos y creyó ver la figura de una mujer entre las rocas.

-Kira...¿aquí hay sirenas?-preguntó en voz baja. No se atrevía a hablar muy alto.
-Hay muchísimo más que sirenas, pelirroja.-sonrió él, al tiempo que poco a poco la iba soltando.

Scarlett se dio cuenta y se dejó llevar por la presión que ejercía el Túnel de Norah. Era tan increíble que no creía que fuera cierto. Pero lo era. Y tanto que lo era.
El remolino dio un cambio de rumbo y comenzó a ir hacia arriba. Scarlett chocó con Kira, que la agarró para que no se fuera hacia atrás.

-¡Se acaba el túnel!-la avisó.

Seguían yendo hacia arriba cada vez más rápido. Vio el final, ya se podía ver el cielo azul lleno de nubes blancas y los dos salieron expulsados al aire. Scarlett chilló y rió a la vez, cerró los ojos y acabó en el agua, que para su sorpresa, a pesar de ser invierno, no estaba para nada fría. Kira iba nadando detrás, con los pantalones y el pelo empapados. A saber como estaría ella. Volvió a reír.
Llegaron a la orilla y se tumbaron exhaustos en la arena.

-Ha sido...-suspiró ella.
-...tu primer regalo de cumpleaños.-finalizó Kira, girando la cara para encontrarse con la mirada verde de Scarlett.-Está subiendo la marea. Pronto llegarán.
-¿Quiénes?-preguntó.
-Las formas.

Scarlett se enderezó.

-Solo aparecen al atardecer. Debe ser mediodía.-miró al cielo y la posición del sol.-Espera...ya es por la tarde. ¿Cómo pasó tan rápido el tiempo?
-En realidad llegamos aquí a las seis. Soy fuerte, pero el viaje en bote remando lleva su tiempo.-dijo, pasándose los dedos por el pelo, encharcado en agua de mar.-Por cierto, tienes unas pintas horribles.
-Gracias.-suspiró Scarlett, algo avergonzada. Había intentado peinarse algo, pero el resultado no fue nada favorecedor y solo se enredó más el pelo.-Dioses, estoy empapada. ¿Podemos ir a buscar algo con lo que cambiarnos?
-Quítate la ropa.-dijo Kira.

Scarlett le dio un golpe en el brazo poniendo los ojos en blanco.

-¡Eh, eh, eh! ¡Que yo me voy a buscar la muda a la barca!-a pesar de eso, se levantó y le guiñó un ojo.-Eres muy traviesa, pelirroja.
-¡Vete ya!-gruñó Scarlett, muerta de vergüenza.

Le dio la espalda, pero después de oír unos pasos alejarse, algo le cayó sobre la cabeza. Era suave y sobretodo, estaba seco. Lo cogió y miró que era. Una camiseta. Sonrió para sus adentros. La camiseta de Kira. <<Ese tonto...>> pensó.
Se quitó la camisa y se puso su camiseta con un suspiro, no sabía si de resignación o de alivio.
Como le quedaba exageradamente grande, casi como un vestido corto, se quitó también los pantalones y caminó hacia el agua, para mojarse los pies. Notó un cosquilleo y se agachó para mirar que le había rozado. Quizá un pequeño cangrejo. No había nada.
Otra vez el cosquilleo. Volvió a mirar y esta vez, tampoco hubo nada.
De pronto una pequeña ola se alzó hacia ella, y cuando pensaba que la iba a empapar de nuevo, se transformó con lentitud, creando la forma de un caballo. En su interior había incluso pequeños pececillos anaranjados que luchaban por volver al mar. Scarlett dio dos pasos atrás, asombrada y se llevó una mano a la boca, que estaba abierta.

El animal creado únicamente con agua se acercó a ella con gentileza, le rozó la frente con el hocico, y volvió a convertirse en líquido. 

martes, 20 de septiembre de 2011

¡Adelanto del Capítulo 21!

¡LO SIENTO! 
Eso antes que nada. Estoy tardando medio siglo en publicar este capítulo, pero acabo de empezar 3º de la E.S.O. y con el cambio de ciclo y todo el rollo ando súper liada. A parte, tenía que disfrutar al máximo los últimos días de vacaciones.
Cuando pueda (ni si quiera sé cuando será eso) os dejaré el capítulo entero.

PD: Tengo más de esto escrito, tranquilos todos, pero por hoy, prefiero dejaros aquí, es el mejor sitio para cortar el capítulo.
PD2: No me matéis...porfi (?)

                                                         

                                                 Capítulo 21: [ Adelanto ]





El día siete de febrero amaneció con un cielo de tonos anaranjados y rosas.
En la cocina había mucho revuelo, a pesar de que intentaban mantenerse en silencio y hablaban entre cuchicheos y murmullos. El olor en esa estancia era dulce, una mezcla de chocolate, fresas, pan, harina, galletas, manzana...todo mezclado y en perfecta armonía.
Ren y María andaban de un lado a otro, apartando a empujones a los que osaban meterse por medio y nunca iban sin algo comestible y delicioso en las manos. Sonó un pitido y Dáranir dio un brinco, sobresaltado. Era el horno.

-¡Ssssh!
-Perdón.-susurró él con una sonrisa incontenible.

Chelsea y Mark se mantenían alejados, ya que sus pésimas habilidades en la cocina eran muy conocidas, pero también emitían un aura amable y cándida, emocionada. Todos estaban emocionados.
Julian se dedicaba a fregar todo lo que las chicas ensuciaban entre gruñidos y quejas por lo bajo.
María corrió casi derrapando hacia el horno y con unas manoplas rojas abrió la puerta y sacó un pequeño bizcocho de chocolate. Olía de maravilla. Dáranir quiso coger un trocito y Chelsea le dio un manotazo frunciendo el ceño.

-No es para ti.-le recriminó, con una sonrisa.
-¿Y tú si eres para mí?-susurró él devolviéndosela.
-Calla.

Mark puso los ojos en blanco, cambió puestos con Julian y le dijo algo al oído. El Elementar asintió y con la rapidez de un rayo le pasó el trapo de secar y salió corriendo de la cocina escaleras arriba.

-¿Va a despertarla?-preguntó Ren.
-Sí...por cierto, ¿no falta alguien?
-¡Kira!-chilló María.
-¡Ssssh!
-¿¡Cómo que sssshh!? ¡Falta Kira!-terqueó ella y salió corriendo también, dejándole el trabajo a su tía.



                                                                             ***



Subió los primeros escalones a toda prisa, pero al llegar a los últimos se frenó; no quería despertarla antes de tiempo. Abrió la puerta manejando perfectamente el aire para que no hubiera ningún chirrido y la vio. Estaba metida en su cama, arropada por encima de la nariz, como hacía siempre y encogida en una posición extraña que le daba aspecto de oruga. Se le escapó una risita interior. Acercándose a ella se dispuso a sacudirle el brazo para que abriera los ojos, pero se quedó unos segundos observándola. Así dormida parecía tan imperturbable, inocente y dulce...
Un mechón de cabello pelirrojo le caía por encima de los ojos. Julian sonrió levemente apartándoselo y poniéndolo en su sitio. Se agachó a su lado de rodillas en el suelo, sus caras estaban a la misma altura. Fue aproximando su rostro al de ella...con lentitud, nervioso como nunca antes lo había estado. Y justo cuando sus labios se iban a rozar giró la cabeza a un lado, mordiéndose la lengua. Giró su dedo índice creando una brisa de viento ligera y se la echó en la cara. Scarlett sonrió aún medio dormida al notarla y el Elementar comenzó a arrepentirse de no haber hecho lo que deseó hacer. La chica abrió un ojo y lo miró sin dejar de sonreír, aunque sorprendida.

-¿Qué pasa?-preguntó, bostezando.

Julian volvió a agacharse.

-Feliz cumpleaños. Diecisiete, por si se te olvidó.-contestó, con voz tranquila.

Scarlett abrió los ojos de golpe y se enderezó con tanta rapidez que se dio un golpe contra el cabecero. El chico puso los ojos en blanco y la sacó de la cama a tirones. Ella refunfuñó dormida aún, pero no se resistió mucho cuando Julian la sacó de la habitación.

-¡Estoy en pijama!-rió ella. No soportaba dormir con los camisones tan finos de María, así que siempre dormía con un pijama de lana muy confortable, que Kira odiaba. Julian tampoco le ponía pegas al camisón.-¡Oye tú!
-Cállate y sigue andando.-gruñó él.

Bajaron las escaleras y fueron por el pasillo de alfombras rojas hasta pararse delante de la puerta de la cocina. Scarlett lo miró alzando una ceja y con una sonrisilla curiosa. Iba a decir algo, pero Julian le puso la mano en la boca.

-He dicho que silencio, desobediente.
-Bffmmmmrrmmm.-fue lo único que pudo articular Scarlett.
-Calladita.

Julian le tapó los ojos con las manos poniéndose detrás de ella y abrió la puerta. Scarlett esperó pacientemente y muy curiosa.

-¿Preparada?-preguntó Julian.
-¡Sí!-dijo Scarlett más emocionada de lo que pretendía.
-Abre los ojos.

Le quito la mano y ella, muy lentamente, obedeció.

Continuará...

miércoles, 14 de septiembre de 2011

¡Ganadores del juego! *-*

¡Aloha, lectoreeeeeeeeees!


Supongo que estáis deseosos de saber quién ha ganado.
Antes de nada, diré las soluciones:


1º- Chelsea. (Pulpos, pulpos everywhere.)
2º-Scarlett. (Fue al funeral de uno de los criados de la casa de Larissa...ya sabemos lo nerviosa y tímida que es a veces la pobre.)
3º-Dáranir. (Casi todos acertasteis por los papeles. ¡Very good!)
4º-María. (OBVIO. PASTELES. Tenía que ser María.)
5º-Kira. (Venga, si tiene cara de "Te he sido infiel, dame una bofetada")


Y ahora....¡PRIMER Y SEGUNDO PREMIO! :D
*Redoble de tambores*


El primer premio que incluye la recomendación especial de su blog y la posibilidad de elegir una escena o algo que ocurra en la historia es para.................
¡LUCÍA! 
¡Muchas felicidades, se nota que conoces bien a los personajes!
Ya me ha dicho por Tuenti la escena que quiere, así que ahora os dejaré mi recomendación. Sé lo merece.
En su blog Donde los mundos se funden tiene una historia de fantasía, amor y aventuras en un mundo nuevo lleno de magia...¡y de chicos pervertidos que intentan conquistarte constantemente! En realidad, solo hay uno, pero es que Zareck (ajá, el playboy de turno) vale por muchos. 
Vientos de Lacrysia es una saga increíble que engancha desde el primer capítulo, ya que contiene una opinión distinta y un modo diferente de ver las cosas, desde los ojos de la protagonista; Aida. Una chica excéntrica y especial, considerada rara para el resto del mundo. Bueno, sí, es rara. Pero eso poco le importa. 
Un día, paseando bajo la lluvia conoce fugazmente a Zareck, que se marcha con todo el descaro posible.
Al día siguiente vuelve al mismo lugar y es atacada, pero es salvada por...(¿POR QUIÉN VA A SER LECTORES?) ¡EXAAAACTO! Por Zareck. 
Este chico la llevará a un mundo fantástico...o no tanto. La desagradable sorpresa será que Aida no va a poder separarse de él nunca, porque cada vez que lo hace es atacada.
Dime tú si es fácil vivir con cordura mientras un tío de otro mundo intenta seducirte (de qué me sonará...ay si este conociera a Kira la que se arma.) y descubres cosas que nunca antes creíste posibles.


Si estáis interesados en saber qué escena eligió os diré un adelanto:
- Kira , Scarlett, ducha interrumpida, ambiente calenturiento, Scarlett roja roja pero roja roja, Kira tan pancho y sexy, por supuesto - xDDDDDDD 
PERO HAY QUE ESPERAR AL 2º LIBRO, LECTORES, ¡LO SIENTO! :)




¡Y ahora....el segundo premio es para...........................................................MÓNICA!
Has sido la segunda en contestar 5/5 correctas, ¡muuuuuuy bien hecho!
Su blog La portadora del espejo tiene poquillos seguidores (Muy mal, eh.) pero eso no significa que no sea genial. Calidad vale más que cantidad. 
Adentrémonos en un mundo mágico, en un mundo lleno de luz y color. En un mundo habitado por toda clase de seres mitológicos y mágicos, un mundo donde todo parece perfecto y la paz abunda en cantidades, o eso es lo que todos creen… Adentrémonos en el mundo de Rosi, la sagaz aprendiz de bruja o de Lea, la chica que controla el agua. Vayamos de aventuras al bosque con Briana la chica de la tierra. Disfrutemos de la ingenuidad de personas como Claire. Descubramos los secretos de Ginebra y ayudemos a Valeri a encontrar su destino…Busquemos juntas por toda clase de lugar extraños y vayamos con seres como ninfas y monstruos en busca de la portadora del espejo y descubramos sus misterios. Adentrémonos en la historia de todas ellas. Aquí empieza “La portadora del espejo”




Pero hay más gente que acertó 5 de 5...lástima que no lo dijeron antes que estas dos señoritas, porque habrían ganado. Sin embargo, para los que acertaron y respondieron tarde, también hay un premio. 


¡RORRO CAPIKÚA ACERTÓ TODAS!
Y con su fantástico blog: Las señales que decía...


¡TAMBIÉN NOEMI CONSIGUIÓ ADIVINAR TOOODAS!
Su blog con una aventura maravillosa: Luces en la tormenta


¡FELICIDADES A LAS GANADORAS!
¡Y a los que no, también, por haber concursado!
Si queréis que haya otro juego de estos, decídmelo. (Será distinto, claro. No del tipo quién es quién, como fue este...)


~#Sobre el Capítulo 21#~
PRONTO. LO SIENTO. Estoy disfrutando lo que queda de vacaciones antes del instituto. Calculo que lo tendré para el miércoles o el jueves. (¡¡¡SECUESTRARÁN A SCARLETT!!! Jaja, me encanta dejaros con intriga.)


Besos, lectores/as.
Gaby.