Respondiendo a su grito ahogado de socorro, jinete y caballo giraron torno a ellos en un galope furioso. Los fantasmales cadáveres, cogidos por sorpresa, parecían debatirse entre seguir estrangulando a la chica o dejarla ir antes de que el jinete los alcanzara. Por fin, cuando ya podía sentirse el aliento del animal, decidieron soltarla y huir, pero el caballo continuó persiguiéndolos.
Scarlett se agarró el cuello. Lentamente su respiración fue calmándose y notó que sus pulmones volvían a llenarse de aire frío. Le dolía un poco, pero se sentía aliviada al comprobar que podía respirar de nuevo. Había perdido la consciencia de tiempo y lugar. Tenía los ojos llorosos y la mirada borrosa, pero sabía que seguramente aún fuese noche cerrada, porque no sentía ninguna luz. Otra vez sola en aquellas calles que no conocía, empezó a invadirla una sensación de temor y se puso alerta. Tenía que salir de allí como fuera, no podía esperar a que aquellas criaturas volviesen a por ella.
Se levantó y emprendió un intento de vuelta a casa, aún sin saber por dónde ir.
El silencio nocturno fue resquebrajado de repente por unos gritos sobrenaturales. Se le erizó todo el pelo del cuerpo. Eran gritos de desesperación, como si alguien estuviese al borde de la muerte. Dejó de andar y empezó a correr como alma que lleva el diablo. Los gritos habían sonado lejos, pero al parar estos abruptamente, en vez de tranquilizarse, solo hicieron que se pusiese más nerviosa.
Corriendo, escuchó tras ella el ruido de unos cascos y volteó la cabeza. Suspiró aliviada al no ver nada, pero al instante siguiente, un enorme caballo negro salió de una esquina a una velocidad desmesurada. Scarlett se dio cuenta de que por mucho que ella corriera el caballo siempre sería más rápido y acabaría atrapándola. Así que frenó en seco y dio la vuelta, en dirección contraria. Por un momento, estuvo segura de que había desconcertado a su perseguidor, pero poco después ya lo volvía a tener pisándole los tobillos. Ahora también podía oír al animal bufar enfadado, no parecía haberle gustado ser toreado. Scarlett notó que iba mucho más rápido que antes y que un cambio de dirección repentino no iba a engañarlo dos veces.
De repente, vio su única posible salvación: un pequeño negocio con una enredadera frondosa y fuerte cubriendo las paredes del edificio. No era mucha altura, y aunque sabía que iba a tener que tragarse un poco de su vértigo, echo las manos a la planta y se dispuso a trepar.
Apenas se había elevado cuando sintió unos brazos agarrándola por la cintura y levantándola en el aire un momento para luego colocarla en una superficie dura. Su espalda chocó contra el torso de otra persona y apenas tuvo tiempo a soltar un grito cuando una mano le tapó la boca.
Notaba el vaivén del movimiento acelerado del caballo y supo con seguridad que se habría caído de no ser porque la seguían sujetando con firmeza. Iban a una velocidad de locos.
—Cálmate, estás poniéndolo nervioso.—susurró una voz masculina en su oreja.
—¡Mmmmhhhh...!
Se acababa de dar cuenta de que nadie sostenía las riendas. El jinete solo se estaba agarrando con las piernas y Scarlett aún no entendía cómo se mantenían en equilibrio. El caballo se revotó ante la conducta ansiosa de la muchacha.
El jinete se inclinó sobre el lomo del animal y murmuró algo hacia él. Scarlett fue desplazada ligeramente hacia un lado, pero seguía estando bien agarrada, así que no se cayó. Intentó girar la cabeza para mirar a su raptor, sin embargo, solo vio una figura alta vestida de negro de pies a cabeza, incluso con la cara tapada hasta la nariz.
El ritmo cambió y el caballo bajó la velocidad de un galope furioso a un trote rápido. Su raptor volvió a hablar, esta vez dirigiéndose a ella:
—Voy a quitarte la mano de la boca. No grites.
Eso la frustró. No tenía ni idea de quién era aquel hombre, pero si pensaba que iba a cooperar en un secuestro estaba muy equivocado. Además, sabía que si la raptaba no era para pedir un rescate: ella no tenía ningún valor. Pero había oído historias de Larissa de lo que le hacían los soldados a las mujeres prisioneras en las guerras o los forajidos que deambulaban por los montes. Asustada con esa imagen, mordió la mano que la mantenía en silencio.
—¡Ah!—gritó por lo bajo el jinete.
Scarlett empezó a retorcerse y patalear, intentando por todos los medios liberarse.
—¡Dejadme! ¡No tenéis ningún derecho! ¡Soltadme!—chilló.
El agarre del jinete negro no se aflojó. Eso sí, al menos no volvió a hacerla callar. Llenándose de orgullo al pensar que su pequeño ataque había servido para hacerse respetar, Scarlett no paró de hacer lo imposible para escabullirse.
—¡He dicho que me...!
Su frase fue cortada por una risa suave. Scarlett calló, frunciendo el ceño. ¿Se estaba burlando de ella?
—No me desagrada el espíritu luchador, señorita.—Scarlett iba a replicar cuando vio que estaban en la salida de la ciudad. A lo lejos, podía ver el camino de vuelta a casa. Por fin sabía dónde estaba—Pronto llegaremos a tu casa.
—¿Me lleváis a...casa?
No entendía nada. Buscó la mirada de su raptor o quizás su bienhechor y se encontró con un par de ojos azules, de un azul fuerte y brillante, que apartaron pronto la vista de ella. Durante todo ese tiempo, la voz del hombre le recordaba a alguien. ¿Lo había conocido antes?
—¿A dónde si no?—respondió el jinete encogiéndose de hombros.
—Os conozco.—dijo, dudosa.
Seguían por el camino correcto hacia la granja y Scarlett se notaba cada vez más relajada. Ahora, empezaba a sentir curiosidad.
—¿Ah, sí?—dijo el jinete con tono distraído.
—Sí.—aseguró ella.
El hombre rió.
—Vaya, vaya.
Ya habían cruzado el camino llano y subido la colina, ya se veía el tejado de la granja cuando Scarlett se dio cuenta.
—¡Vos sois...!
De nuevo no la dejó acabar, pues sin perder ni un segundo, la ayudó a bajar del gigantesco caballo y empezó a hablar él.
—Procura no meterte en más líos, pelirroja. ¡Buenas noches!—dijo alegremente, antes de marcharse ambos, jinete y bestia, otra vez a una velocidad sorprendente.
Scarlett se quedó a medio camino entre la cima de la colina y la granja. Pronto, la figura de quien la había traído de vuelta a casa se convirtió en una sombra lejana.
El corazón aún le latía con fuerza por tantas emociones fuertes juntas, pensó que se le saldría del pecho. Entró a escondidas, pero los ronquidos de la habitación contigua a la suya hicieron que se calmara. La señora Pania siempre había tenido el dormir profundo de una marmota.
Esa noche no pudo conciliar el sueño. Los monstruos la habían aterrorizado, no obstante, lo que más la asustaba es que había sido conducida hasta ellos por aquella serpiente. Se sentía manipulada, como si hubiera estado sonámbula y la hubieran obligado a hacer cosas en sueños. Si lo hicieron una vez, ¿qué les impediría hacerlo de nuevo? Seguramente sería un espíritu maligno, la serpiente, queriendo causar daño por el mero placer de hacerlo. La idea de que alguien quisiera matarla le parecía ridícula. No tenía nada que alguien pudiese desear arrebatarle. No poseía un título o sangre diferente a la de cualquier otra. Debía ser todo una mala jugada del azar y de la magia negra que rondaba por los bosques cercanos a la granja. Larissa de pequeña le había contado leyendas sobre espectros ladinos que gustaban de crear el caos.
Confusa, se refugió en la calidez de la manta y dio vueltas en cama durante toda la noche.
A la mañana siguiente, le sirvió el desayuno a la señora Pania siendo más torpe de lo habitual. No había dormido en absoluto y le costaba mantener los ojos abiertos.
—¡Niña!—gritó la señora—¡Te he dicho tres veces que vayas a abrir la puerta!
—¿Qué...?
—¡Que vayas a abrir la endemoniada puerta, maldita sea!
—Oh. ¡Oh! ¡La puerta!
Bostezando y sin afectarle mucho los chillidos histéricos de la señora de la casa quejándose de los huevos quemados, fue a la entrada y cerró la puerta tras de sí. La recibieron Larissa y el lechero. El pobre hombre temblaba ligeramente y tenía las manos empapadas de sudor por los nervios. La ninfa se hacía una trenza con aire aburrido hasta que vio a su amiga.
—¡Bienaventurados sean aquellos que no madrugan!—rió, saludándola.
—Creo que he madrugado demasiado...—sonrió Scarlett, haciéndole un gesto con la mano al cíclope—Buenos días, Pill.
Scarlett iba a entregarle a Pill la leche, pero Larissa se metió en medio y la obligó a levantar la cara con un dedo en su barbilla. Unas leves arrugas de preocupación surcaron su bella frente.
—¿Qué te ha pasado en el cuello?—preguntó, soltándola.
—Nada.—se apresuró a contestar. No quería hablar de eso delante de Pill.
Larissa lo captó al momento. Le lanzó al muchacho una mirada envenenada y este pareció hundirse en el suelo un poquito más. Apesadumbrado, les dio un poco de espacio.
—Podías esperar a que se fuera.—suspiró Scarlett.
—Podía.—la ninfa rodó los ojos—Y ahora cuéntame qué ha ocurrido, si eres tan amable.
Scarlett no pudo evitar sonreír ante el sarcasmo. No quería hablar de ello, porque decirlo en voz alta lo haría real, pero siempre le había contado absolutamente todo a su mejor amiga y eso no iba a ser la excepción.
—Ni siquiera estoy segura de que no haya sido un sueño. Ayer por la noche, encontré una serpiente por aquí...
—¿Te mordió?—preguntó Larissa inquieta.
—No, no. Pero era extraña. Parecía...que quería comunicarse conmigo, que me estaba hablando.
—¿Estás segura de que no te mordió? Eso a mí me suena a alucinaciones...—dijo, media seria, media riendo.
Scarlett se cruzó de brazos, totalmente seria. Después del miedo que había pasado la noche anterior no le gustaba que se lo tomase a broma.
—Estoy segura. Quería que la siguiese, o eso pensé. Aunque hay una parte que no recuerdo, tengo en blanco algunas cosas. No sé cómo llegué a la ciudad, a Nocream. Solo sé que estaba decidiendo si seguir o no a la serpiente y al momento siguiente estaba allá abajo.
—¿Fuiste a la ciudad por la noche? ¿Después del toque de queda? Y lo peor de todo...¿Sin mí?
Scarlett enarcó una ceja.
—Me alegro de que no estuvieras allí. Lo del cuello,—se señaló las marcas rojizas—fueron unas criaturas que no había visto en mi vida. Parecían cadáveres andantes.
—No recuerdo ningún ente que se asemeje a un cadáver. Quizá una bruja te confundió con una humana de la Corte y quiso jugarte una mala pasada con una ilusión.
Scarlett negó con la cabeza.
—Las ilusiones no pueden hacer verdadero daño.
—Cierto...—Larissa apartó la mirada hacia los árboles, la entrada de su frondoso bosque—No pensaba decirte nada para no preocuparte sin motivo, pero creo que debo contarte algo. El día que te perdí en Nocream, cuando volví al Valle de los Sauces Llorones, las otras ninfas de mi tribu me contaron que había venido un centauro. Decía que había sentido algo maligno apareciendo la noche anterior, como si un mal estuviera emergiendo en alguna parte. No le di importancia, ya sabes que no suelo fiarme mucho de los jamelgos eruditos y de sus advertencias, te predicen el futuro como si Oráculos fuesen y luego nada es cierto.
Scarlett, por el contrario, se fiaba más de la palabra de los centauros, aunque nunca había visto uno en persona. Habitaban en los corazones del bosque, no como las ninfas que vivían en cualquier parte y se acostumbraban a cualquier lugar con facilidad.
—Puede que haya algo maligno suelto y sea eso lo que causara lo del ataque de los lobos a plena luz del día y lo de los cadáveres...un mago o una bruja.
Larissa torció el gesto.
—Puede ser. Solo me gustaría que anduvieras con cuidado de ahora en adelante, empiezan a ser muchas casualidades que te ataquen en tan poco tiempo dos veces. No deberías bajar a la ciudad por ahora.
—Pues tengo que bajar hoy mismo. La puerta del establo está rota, necesito ir al carpintero.
En la ciudad apenas la conocía nadie, y nadie hacía preguntas.
—Pill puede bajar por ti, ¿verdad, Pill?—dijo en voz alta.
El cíclope se sobresaltó y ante la sonrisa implorante de Larissa asintió sin pensárselo dos veces.
—¡Claro! Déjamelo a mí, Scarlett.
—Pill, llegarías tarde a tus otros pedidos y podrían despedirte.—le recordó ella.
—¿Y cuál es el problema?—dijo Larissa impaciente.
Scarlett le dio un ligero pisotón.
—¡Ay! ¡Oye!
—P-podría arreglármelas, de veras.—volvió a insistir el pobre muchacho.
—Está bien, iré yo—sugirió la ninfa bufando.
Scarlett se echó a reír y le dio unas palmaditas en el hombro a su amiga. Se metió un segundo en casa y volvió a salir con la leche preparada para el chico y la capa negra.
—Aquí tienes. Muchas gracias y no te preocupes por lo del encargo, iré yo misma.—le dijo con una pequeña sonrisa.
—¿No te fías de mí?—gruñó Larissa.
—Larissa, me fiaría de ti con mi vida, pero no con mi dinero.—recibió las monedas de vuelta de Pill y se metió otra vez en casa—Sé una buena amiga y espera ahí un minuto.
Mientras esperaba, Larissa vio en la lejanía salir a una de las suyas de entre los sauces, llamándola. Se la notaba impaciente. La saludó para que notase que la había visto y cuando salió Scarlett, se lo comentó.
—Me reclaman.—dijo suspirando.
—¿Y a qué esperas? ¡Ve!—la animó Scarlett, haciendo gestos con las manos.
Larissa la miró con sospecha.
—Te irás a la ciudad sola y a saber qué ocurrirá esta vez.
Scarlett puso los ojos en blanco.
—Esta vez es diferente, es de día, no me meteré en callejones oscuros e iré al carpintero y luego directamente de vuelta a casa, ¿de acuerdo?
—No hables con desconocidos. Si un señor te da caramelos, ni se te ocurra aceptarlos. Porque atrapará tu alma y morirás.—dijo Larissa con voz solemne.—¡Cuando vuelvas, he de darte algo! Un regalo muy especial.
—Si es que vuelvo, querrás decir...—dijo con cara de fingido terror.
Larissa la taladró con la mirada.
—Más te vale.
Las dos amigas se separaron cada una siguiendo un camino. Larissa, hacia el bosque y Scarlett hacia la ciudad.
Al llegar a la entrada de la ciudad, Scarlett se recogió la melena roja en un moño y echó la capucha por encima. A la luz del día, Nocream no le inspiraba temor alguno. Recordaba el ataque de los hombres lobo, pero también sabía que no había estado atenta y ese día tenía los sentidos agudizados como nunca. No quería más accidentes.
Volvía a ser día de mercado, así que no había nadie dentro de sus casas, estaban todos fuera, haciendo negocios, comprando, vendiendo, comerciando...bajo la atenta mirada de los Guardianes. En realidad, los Guardianes eran silenciosos y tranquilos, no montaban grandes jaleos, al contrario que los soldados de palacio. Se dedicaban a hacer su trabajo (fuera el que fuese aquel, pues la propia Scarlett no estaba muy segura) y a vigilar que todo estuviese en orden y todos los habitantes de Ozirian siguiesen las normas.
Scarlett fue al carpintero. Todo salió bien y sin complicaciones, ella le entregó la mitad del pago en adelanto y prometió darle el resto cuando hubiese arreglado la puerta. No era un carpintero muy bueno, pero tampoco tenían lo suficiente como para permitirse algo de calidad.
Estaba tranquila. Ya se encontraba pensando en lo que Larissa habría hablado con las ninfas y en qué luna saldría aquella noche, cuando escuchó un gran estruendo y vio a la gente apelotonarse alrededor de algo o alguien. Scarlett tenía curiosidad, pero el día estaba transcurriendo sin percances y no quería estropearlo. Así que siguió su camino. Para llegar a la salida de la ciudad, no obstante, tuvo que pasar cerca de la aglomeración y llegó a sus oídos parte de la discusión que estaba atrayendo tantas miradas.
—...acusado de robo a una autoridad militar, asesinato de un hombre lobo...
<<¿Asesinato de un hombre lobo?>>
Scarlett paró en seco.
—¡Aquí no hay nada que ver! ¡Por favor, volved a vuestros quehaceres!—bramó otra voz, esta de mujer.
La multitud fue dispersándose y Scarlett pudo ver la escena: una mujer con el uniforme de la Guardia y un hombre corpulento encaraban a un joven moreno que reconoció. La mujer lo tenía sujeto con los brazos a la espalda y el hombre le leía un papel. El joven los observaba con aire desganado. No parecía importarle lo más mínimo que lo estuviesen deteniendo, tan solo se le veía aburrido.
—...por lo cual, dada la autoridad que nos ha sido concedida por la Guardia y el rey, quedáis detenido indefinidamente y con posibilidad de condena de muerte, a causa del crimen de sangre cometido...
Scarlett se puso pálida al escuchar las palabras condena de muerte. Aquel joven le había salvado la vida en dos ocasiones. Ni siquiera le había pedido nada a cambio. Temblando, a sabiendas de que iba a encontrarse cara a cara con dos Guardianes por primera vez, pero sabiendo también que le debía a aquel hombre la vida, intervino.
—¡Esperad, os lo ruego!—suplicó, atrayendo las miradas. Los Guardianes se giraron hacia ella.
—No os metáis en esto.—la cortó tajante la mujer.
—Por favor. Imploro piedad por la vida de este hombre, no es un asesino.—el aspecto feroz de la Guardiana la intimidaba, pero ya no podía echarse atrás—Ha salvado mi vida en dos ocasiones. El crimen del que se le acusa fue a razón de ayudarme. El lobo que mató pretendía matarme a mí. Por favor.
La repentina intervención atrajo también la atención del joven. Por un instante, Scarlett creyó ver una mueca de angustia y alarma en sus facciones.
—¿Es eso cierto?—preguntó el hombre corpulento al moreno.
—No es incierto.—respondió este con una sonrisa burlona.
La mujer lo agarró por el cuello con agresividad.
—Habla claramente o te pasarás el resto de tus días encerrado en una jaula.
El joven arqueó las cejas.
—Sí.
La mujer lo soltó y centró su atención en Scarlett.
—No tomo testimonios de encapuchados. Descubríos el rostro.
Las manos de Scarlett temblaban cuando se quitó la capucha.
—¿Cuál es tu nombre?
Pensó en inventarse uno, pero terminó por desechar la idea. Habló en murmullos, tartamudeando y mirándose los zapatos.
—S-Scarlett.
—¿Scarlett qué?
Si les decía que no sabía su apellido sonaría muy sospechosa, así que dijo lo que consideraba más cercano a la posible verdad.
—Scarlett Ce...
La mujer suspiró, frotándose los ojos. Parecía estar muy cansada.
—Muy bien, Scarlett Ce. Debo recordaros que si por algún motivo se os ocurre mentir, estaríais engañando a una autoridad de la ley de los Cuatro Reinos y además, encubriendo a un criminal.—los ojos marrones de la Guardiana se clavaron en los suyos—Y por lo tanto, seríais considerada cómplice del acusado y compartiríais su condena. ¿Habéis comprendido?
—S-sí, señora.
—No tengo rango de señora, soy una Guardiana.—la reprendió, pero Scarlett notó que su voz se había vuelto más suave.—Bien. Ahora tendréis que venir ambos con nosotros y veremos si el testimonio nos parece adecuado. Aún así, el cargo por robo sigue pendiente y necesitaremos todos los detalles que...
—Chelsea.—la interrumpió el hombre fornido. Scarlett se sobresaltó al ver que tenía la vista clavada en su cuello.—Mira ese medallón.
Scarlett agarró su medallón en un acto reflejo de protegerlo. Tarde. La mujer ya lo había visto.
—Entregadme eso.—pidió. Al ver la resistencia de Scarlett a hacerlo, su rostro se endureció—No era una sugerencia.
El otro Guardián le puso una mano en el hombro a la mujer llamada Chelsea y se acercó a Scarlett. Dirigió hacia ella una sonrisa afable. Su aspecto impresionaba, pero parecía ser una persona benévola.
—Por favor, prestadme ese medallón un momento. Prometo devolvéroslo. Os doy mi palabra de honor.
Scarlett se sacó el medallón y se lo puso en las manos. Los dos Guardianes lo inspeccionaron a fondo. Scarlett no entendía a qué venía tanto interés. Solo era un medallón gris viejo en el que estaban escritas sus iniciales (suponía ella): S. C. y una frase borrosa de la que solo se podía entender G....... de la din..... C........
—¿Dónde habéis encontrado esto?—preguntó la mujer.
—No lo encontré, siempre estuvo conmigo.
—Pues quién os lo dio.—empezaba a impacientarse y Scarlett lo notaba, pero estaba diciendo la verdad.
—N-nadie. Lo llevo conmigo desde que tengo memoria.
—No hay necesidad de mentir, señorita.—la tranquilizó el Guardián.
—¡No estoy mintiendo! ¡Cuando me recogieron ya llevaba este medallón, no sé si alguien me lo dio, desde que tengo memoria ha sido mío...!
La Guardiana llamada Chelsea se acercó a su compañero, sin perder de vista a Scarlett.
—Es un truco.—le susurró.—Lo habrá recogido o robado. No me creo nada.
—Totalmente de acuerdo—intervino de repente el joven apresado.—Mirad que cara más deshonesta, tiene una de esas caras que sabes que miente más que habla. Apostaría a que lleva una daga bajo las faldas.
—¡Guárdate tu sarcasmo!—gruño la mujer.—Mark, detengamos a este imbécil y a la chica. No me fío ni de uno ni de otro.
El llamado Mark iba a contestar cuando un tercer hombre apareció por detrás de Scarlett y echó un vistazo a la situación. Scarlett empezaba a temer que todo saliese mal y acabaran ambos encarcelados, o peor, muertos. Sin embargo, la llegada de aquel individuo calmó sus nervios. Era alto y delgado, de cabello corto castaño, arreglado, al igual que la barba. A pesar de su expresión, había algo muy amable en sus ojos color oliva. Estaba muy serio y cuando los otros dos Guardianes lo vieron, se callaron de inmediato.
Madre santa del cordero! Me encanta este capítulo. Lo sabía, Kira y Scarlett se han vuelto a encontrar. Los nuevos, Chelsea y Mark, no me caen mal. Son majos. Y esa escena con Kira fingiendo amenazar a Scarlett (L)L(L) En fin,cuando pueda sigo leyendo. Que ganas no me faltan XD Besos
ResponderEliminarYa parece que se perfila algo sobre la pequeña pelirroja. Pero hay algunas cosas raras que están escritas algo torpemente en mi opinión, cosa que podrás corregir con el paso del tiempo, en la parte en que Kira lleva a Scharlett a caballo. Luego lo de los extraños seres, mola sobre todo que tienen la boca cosida jeje. Voy por el siguiente.
ResponderEliminarOMG
ResponderEliminarSe están notando mucho los cambios de capítulos, ¡pero a mucho mejor! A pesar de saber muchas de las cosas que ocurrirían, los nuevos detalles que has añadido me han hecho interesarme de veras y mantenerme con una gran intriga.
Vale, ahora mismo me faltan las gafas de intelectual. Tengo a la fangirl en mi interior bien atada, tranquila que no saldrÁAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH PERO QUE GENIALIDAD DE HISTORIA, DE CAPITULO, DE VIDA JODER QUIERO SER SCARLET PARA QUE ME LLEVEN A CABALLO A MI CASA ASÍ OMG <33333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333333
APARECIÓ KIRA AKDSJSOADJCIDIOAJNFUESIJONCUNAWXCJSEIOAW MUERO DE AMOR <333333333333333333333333333333333333333
Fuck, odio esto del principio porque es la parte en la que Larissa me cae bien, y pienso en los capítulos de CDF y me deprimo porque ya no es Larissa T.T Y ya nunca sabremos cual era ese regalo (?)
Y la escena de los guardianes se nota MUCHÍSIMO la diferencia. Lo recordaba de otra forma, mucho más precipitado. Pero además me encantan esos detalles que les has añadido. Son genialosos :3
¡Espero el siguiente!
Lorena♥
Eliminar¡No sabes cómo me alegro de que se noten los cambios! Es que era releerlos y me daban ganas de tirar el portátil por la ventana jajajaja, seguramente pasado un año lea estos y me parezcan horribles, pero así se va mejorando :)
Ohh, pero el regalo sí se sabe cuál es. Lo que pasa es que no te das cuenta porque en la primera versión Larissa nunca le dijo que le fuese a dar algo, sino que se lo dio cuando volvieron a encontrarse. Cuando ocurra, y le de el regalo, lo entenderás ^^
*SPOILERS DEL SEGUNDO LIBRO*
Prometo que la Larissa de este libro sigue existiendo en el segundo. Lo que pasa es que ha pasado medio año sola y bueno, nunca ha sido una santa. Voy a explorar a fondo su personaje en CDF, ahora parece que está un poco de lado porque hay mucho rollo con las pruebas, los Geneviev, los rebeldes, etc, pero Larissa es un PJ principal y espero que al acabar CDF te lleves alguna que otra sorpresa agradable :)
Muchísimas gracias por estar re-leyendo los capítulos y ayudándome a ver si he mejorado o no y todo desde la perspectiva de un lector.
¡Un beso enorme!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAY ¿POR.QUÉ.LO.CORTAS.AHÍ? T-T Lloraré D: me has dejado con la intriga enooooorme ajajajjajajajajaj
ResponderEliminarGenial el capi *0* LO AMO LO AMO LO AMO LO AMO♥ No, enserio me encanta ASFGHBSHJKNJK<3 NO VEO LA HORA DE QUE APAREZCA JULIAN! *¬* Te adoro, a ti, a Julian, a Scarlett, a la historia, TOOOOODO :D
Yo ya estaba viendo que Scarlett se olvidaba de lo que le dijo Larissa sobre el tío de los caramelos y en la ciudad venía el tipo, le daba caramelos, y le robaba su alma o-o Pero no ajajaajajajjaa (mis predicciones nunca son buenas..jum...¬¬) No se si ya te lo había dicho, pero mi carácter es bastante parecido al de Scarlett ajajajajjajaja solo que no soy muuuuuuy timida cuando estoy en mi casa, ê.ê
Me he puesto a ver los capítulos anteriores (que aún no está renovados) y al igual que como dice LMDreamer has mejorado MUCHISIIIIIIISIMO ^^ Se nota un montón y de la superbuena manera ;D
Joo, quiero saber qué pasa luego T-T si Scarlett muestra su lado salvaje y rompe la ventana y deja a Kira solo como perro malo(? ajajajajjjajaa Adoro a Kira, no sé porqué pero me cae bien, lo veo como el supermejoramigo de la prota xD
Aiiiiiiiiiinsss ya aparecieron Mark y Chelsea *-* espera..Mark-- MAAAAAAAAAAARK PORQUE TE FUISTEEEEEEEEEEE T-T ¡Yo te amaba! ¡Y AÚN TE AMO! ¿Sabes que lloré en el capítulo donde *SPOILER SI SOIS NUEVOS LECTORES* Mark muere? No, hablando enserio. Lloré ;_; Oh, ya me fui hacia otro lado jajaajajjaajaj
¡Dejando a un lado mis lamentos por mi amore Mark!
El capítulo ha quedado geeeeenial y yo justo hoy estoy bastante contenta, osea que me has alegrado aún más el día al subir ^o^ (Además por lo que estoy pasando... ToT a partir de ahora tengo que usar corsé por la espalda y lentes. Y me obligan a ir a natación D: Y a kinesiologia D: Es por eso que te dije de que me alegras el dia hasblbgkbgjhjdg Te adoro<3!) Aah debía contarselo a alguien ;_;
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AAAAAAAAH CUÁNDO APARECERÁ JULY♥ ¡¡No puedo esperar!!<3 ¡Adoro a ese personaje!
¡A esperar a por el siguiente! ¡Besos Gaby! ^^
Jajajaja, oh Pau :)
EliminarJuly aparecerá muy pronto, en el próximo capítulo para ser exactos. Estoy deseando re-hacer esa parte, ahh~
Siento mucho lo de tu espalda, debe ser un coñazo tener que soportar todo eso, pero piensa en cuando te mejore todo y no necesites ni el corsé ni natación y tengas una espalda preciosa y sin dolores ninguno. ¡Ánimo!
Me encanta alegrarte el día <3
JAJAJJJAJAJAJAJAA Lo del tipo de los caramelos que te roba el alma fue una broma entre Larissa y Scarlett. JJAJAJAJAJA ¿Pensaste que ocurriría? JAJAJAJAJJAJAJAJA Qué buena esa, estaría gracioso.
Pues que sepas que en esta renovación uno de mis objetivos es darle más importancia y tiempo al personaje de Mark ^_^
Un beso, ¡pronto el siguiente espero (aunque supongo que en CDF)!